Читать книгу Miradas cruzadas. Escritoras, artistas e imaginarios (España-EE.UU., 1830-1930) онлайн
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Una reflcsion que siempre se une á los bellos cuadros que percibo en mis viajes, y que les da un colorido de mágica ventura, es el convencimiento de la felicidad que disfrutan los moradores de estas afortunadas regiones; reflecsion que casi nunca embellece la perspectiva de las campiñas europeas, donde ó la miseria ó la arbitrariedad, ó el fanatismo acibaran de continuo la ecsistencia del mortal infeliz, que ni en el retiro silencioso del campo puede sustraerse al fatal influjo de sus viciosas instituciones. (La Sagra, 1836: 283-284)
LA ACTIVIDAD TRANQUILA DEL AMERICANO
En el binomio desarrollado en Cinco meses entre la caduca Europa y la joven América del Norte destaca La Sagra la riqueza de los recursos naturales que ofrece el joven continente y el dinamismo de sus habitantes. Esa interacción entre hombre y naturaleza es percibida si cabe con más sensibilidad durante la visita de La Sagra a las cataratas del Niágara y al lago Eire. Durante su estancia en el hotel junto a la catarata escribe: