Читать книгу El fascismo de los italianos. Una historia social онлайн
22 страница из 100
En el momento de la fundación de la ANC, sus líderes habían expresado una clara hostilidad hacia el movimiento de los Fasci di Combattimento y habían excluido a Mussolini de la lista de los combatientes presentada en Milán para las elecciones de 1919. Por otra parte, Mussolini y su periódico, Il Popolo d’Italia, apoyaban abiertamente a la aislada y minoritaria Associazione degli Arditi. Todavía a mediados de 1921, cuando el movimiento fascista intentaba superar la crisis de adhesiones y de orientación que había sufrido a finales de 1919 y buscaba frenéticamente apoyos y alianzas, la ANC contaba con un número de adhesiones de al menos el doble con respecto al Partido Nacional Fascista (PNF), que se estaba constituyendo: 400.000 inscritos y una presencia económica compuesta por más de mil cooperativas. Cuando llegó al Gobierno, Mussolini modificó lentamente la naturaleza de la ANC, transformándola en un engranaje de la máquina asistencial y por tanto dependiente de la suerte política del Estado fascista. De hecho, entre junio de 1923 y febrero de 1924, el Gobierno promulgó una serie de decretos que transformaron en entidades morales la ANC y la Associazione Famiglie dei Caduti in Guerra, dotándolas de autonomía bajo el control de la Presidencia del Gobierno y uniéndolas a la gestión financiera de la Opera Nazionale Combattenti (ONC). En definitiva, puso en marcha una operación que con el tiempo se demostró eficaz: la neutralización del potencial político de la ANC haciendo que fuese fagocitada por la burocracia asistencial destinada a los veteranos y a sus familias.