Читать книгу El fascismo de los italianos. Una historia social онлайн
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La primera prueba de fuerza de este grupo heterogéneo fue la que se intentó con la acción llevada a cabo por alrededor de dos mil excombatientes y soldados aún en servicio activo para ocupar, el 12 de septiembre de 1919, la ciudad de Fiume, que los tratados de paz no habían asignado a Italia tal y como solicitaban los irredentistas y los nacionalistas. La ocupación, liderada por Gabriele D’Annunzio, apoyado en un primer momento por el nacionalista Giovanni Giuriati y después, a partir de enero de 1920, por el sindicalista revolucionario e intervencionista Alceste de Ambris, aspiraba a ser más que un simple acto de conquista territorial: tenía como objetivo que entrase en crisis política el Gobierno de Francesco Saverio Nitti en vísperas de las elecciones de noviembre de 1919 y experimentar una nueva forma de autogobierno, basada en el programa constitucional de la Carta del Carnaro y en el vínculo fiduciario entre el mando y el Consejo Militar del ejército legionario. La carta, escrita por D’Annunzio y De Ambris y difundida en agosto de 1920, resumía las ideas y las utopías del momento: republicanismo, corporativismo de diferente origen, deseo de autogobierno y de descentralización, necesidad de una relación directa y carismática entre jefe y población en armas y la realización de una República de las artes. La experiencia terminó por agotamiento y por discrepancias internas incluso antes de que el ejército italiano, en la Navidad de 1920, ocupase a su vez Fiume, la cual se había convertido en ciudad independiente después del tratado ítalo-yugoslavo de Rapallo, firmado el 12 de noviembre.