Читать книгу El fascismo de los italianos. Una historia social онлайн
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El movimiento fascista, presente en las plazas y en las acciones llamativas y simbólicas, no obtuvo un inmediato éxito electoral: todavía era demasiado heterogéneo y confuso en los programas y en las órdenes. De hecho, no fue premiado en las elecciones del 16 de noviembre de 1919 (en Milán, su bastión, había obtenido menos de cinco mil votos), las cuales, en cambio, favorecieron a los socialistas con 156 escaños, a los católicos populares, a los que correspondieron 100, y a la coalición liberal, que obtuvo 179. Las elecciones administrativas que tuvieron lugar en septiembre-octubre de 1920 con el sistema mayoritario ratificaron en el centro-norte la conquista de los municipios y de las provincias por parte de los socialistas y de los populares: los primeros obtuvieron 2.022 municipios de 8.346 y la gestión de 26 consejos provinciales sobre 69; los segundos, fuertes sobre todo en Véneto, consiguieron 1.613 municipios y 10 provincias, mientras que los republicanos lograron la dirección de 27 municipios. En las capitales de provincia, como Alessandria, Milán, Cremona, Plasencia, Reggio Emilia, Módena, Bolonia, Ferrara y Grosseto, los socialistas obtuvieron la mayoría absoluta. El bloque gubernativo democrático liberal mantuvo los restantes 4.665 municipios y 33 provincias. Los fascistas y los nacionalistas se afirmaron únicamente en la ciudad de Trieste, heredando e instrumentalizando el pasado irredentista y el nuevo antieslavismo. Fue entonces cuando el movimiento fascista recurrió abiertamente a la violencia.