Читать книгу La conquista de la identidad. México y España, 1521-1910 онлайн

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Y por causas semejantes fue imposible que la nación surgida en Cádiz abarcara, conservándola bajo el nuevo sujeto soberano, la extensión territorial de la monarquía hispánica. Las naciones surgidas de la emancipación (comenzando por México) se constituyeron como tales utilizando contra la España de Cádiz las estructuras del poder virreinal. Es lo que hizo Iturbide, verdadero padre de la nación mexicana y enterrador de Nueva España, a la que había servido como jefe militar en el ejército realista contra los insurgentes. Porque Hidalgo no se levantó contra España, sino por su rey destronado por Napoleón y contra el mal gobierno de los gachupines que servían al usurpador José I (el cual gobernaba España como monarca absoluto y con el apoyo de una elite española afrancesada, ilustrada, pero no liberal). Lo trágico del asunto es que buena parte de los guerrilleros españoles, tan antiliberales como los afrancesados, se levantaron en armas, a su vez, contra los gabachos y contra los guachinangos que en Nueva España parecían rechazar la autoridad del rey legítimo, Fernando VII. La mayoría de los patriotas españoles no había oído siquiera hablar del grito de Dolores, y si alguno lo llegó a oír, lo entendió al revés.

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