Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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El positivismo es la primera de estas tres corrientes en quedar descolgada del influjo directo de la historia. En primer lugar, porque los postulados del positivismo clásico de Auguste Comte son progresivamente sustituidos por los del nuevo positivismo de la escuela metódica francesa que, tal como ha puesto de manifiesto Charles-Olivier Carbonell, aboga por una renovación de la ciencia histórica a través de la preeminencia del empirismo sobre las generalizaciones especulativas. Por tanto, a partir de la época de entresiglos, es más propio hablar de «positivismos», en plural, porque allí converge el positivismo clásico de Comte con el nuevo positivismo postulado por los componentes de la escuela metódica, entre los que destacan Charles-Victor Langlois (1863-1929) y Charles Seignobos (1854-1942), quienes declaran solemnemente que sin un estudio empírico de los documentos no hay historia, con lo que marcan las diferencias entre historiadores y filósofos de la historia.ssss1 El contraste entre los diferentes «positivismos», es decir, entre el generalizante empirismo comtiano y el dogmatismo detallista de la escuela metódica, fue el responsable del colapso del positivismo decimonónico como metodología para un estudio riguroso de la historia y de la sociedad.

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