Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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Ciertamente, hay diversas acepciones del concepto historicismo, como las había del positivismo. Sin embargo, la idea central que subyace en todas ellas es la noción de que el mundo de los hombres está lleno de significados y de valores que pueden ser únicamente aprehendidos en un contexto histórico. Como consecuencia, el estudio del carácter histórico de los actos humanos requiere unos métodos específicos, diferentes de los de las ciencias humanas. Se comprende así la importancia que tiene este postulado en las estrategias disciplinares que dominan el panorama intelectual de Occidente: la divulgación del historismus germano en Europa y Norteamérica durante el siglo XX no sólo representan una extensión «geográfica» sino también «disciplinar», porque las tesis historicistas prevalecen en el análisis de las ciencias sociales y en el estudio de las leyes, de la economía y del estado.

El desarrollo de la sociología histórica durkheimiana en Francia y de la sociología comprensiva weberiana en Alemania en los años diez y veinte y la eclosión de los primeros Annales durante los años treinta, son las respuestas proporcionadas a la búsqueda de una mayor unidad e integración de la historia con las restantes ciencias sociales. Un proyecto que se renovará periódicamente a lo largo del siglo XX, como lo demuestra la reedición del artículo de François Simiand de 1903 por Fernand Braudel en 1960 en la revista Annales o el revival, quizás algo efímero, de los postulados de Max Weber en Francia en aquellos años, junto a la consolidación de la Escuela de Bielefeld en Alemania, en la que se logró un verdadero diálogo interdisciplinar.

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