Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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Sin embargo, las relaciones entre la historia y las ciencias humanas y sociales no sólo afectaron al plano epistemológico sino también al institucional. Este dualismo tendrá unas repercusiones concretas, tanto en el debate metodológico de la historia con las ciencias sociales como en las estrategias seguidas por los historiadores. El debate entre historia y ciencias sociales precisa de un escenario, lo que provoca la extensión de esas discusiones al ámbito institucional. Las estrategias intelectuales van necesariamente acompañadas de las estrategias institucionales. El año 1903 se considera un importante punto de inflexión, con la publicación del artículo de Simiand «Méthode historique et science sociale».ssss1 Simiand reaccionaba frente a la rigidez de los planteamientos de Paul Lacombe (De l’histoire considérée comme science, 1894) y frente a la excesiva polarización histórica de Charles Seignobos (La méthode historique appliquée aux sciences sociales, 1901), quien excluía a la disciplina histórica de cualquier diálogo con las restantes ciencias humanas. La historia receló entonces de la filosofía de la historia, porque ésta había fracasado al no haber entendido el carácter anticientífico de los acontecimientos históricos y por haber querido explicar de modo similar las instituciones.

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