Читать книгу Arte y agencia. Una teoría antropológica онлайн

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De hecho, se puede debatir largo y tendido acerca de la relación entre las creencias, intenciones, etc., del agente y los sucesos externos que provoca al actuar. Los filósofos están muy lejos de llegar a un acuerdo sobre la naturaleza de las «mentes» que albergan «intenciones», y sobre el vínculo entre las intenciones internas y los acontecimientos reales. Asimismo, los sociólogos tienen razones de sobra para indicar que con mucha frecuencia las acciones tienen «consecuencias no deseadas», así que no puede afirmarse que los sucesos –sociales– del mundo real sean simples transcripciones de lo que los agentes querían que ocurriera. Afortunadamente, para llevar a cabo este análisis, no necesito resolver los problemas que han traído de cabeza a los filósofos desde hace siglos. Para el antropólogo, el problema de la «agencia» no es cuestión de determinar la definición más racional o justificable de tal concepto. Su tarea es describir las formas de pensamiento que no resistirían el embiste del escrutinio filosófico, pero que, al menos, pueden ponerse en práctica social y cognitivamente, de todos modos.

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