Читать книгу Arte y agencia. Una teoría antropológica онлайн
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Sí acepto la siguiente diferenciación. Tenemos a los agentes «primarios», seres intencionales categóricamente distintos de las «simples» cosas o artefactos, que son los agentes «secundarios» –artefactos, muñecas, coches, obras de arte, etc.–, a través de los cuales los primarios distribuyen su agencia en el entorno causal y, por tanto, la hacen efectiva. No obstante, denominar «secundarios» a los agentes artefactuales no implica conceder que no sean agentes, o que lo sean solo «por decirlo de algún modo». Por ejemplo, pensemos en las minas antipersona que tantas muertes y mutilaciones han causado en Camboya en estos años. Sin lugar a dudas, fueron los soldados de Pol Pot que colocaron las minas los agentes responsables de estos crímenes contra los inocentes. Las minas fueron solo los «instrumentos» o «herramientas», no los «agentes de la destrucción» en el sentido en que decimos esas palabras al hablar de los hombres de Pol Pot. Los soldados podrían haber tomado otro curso de acción, mientras que las minas no tenían más opción que explotar en cuanto alguien las pisaba. Parece inútil atribuir «agencia» a un simple aparato mecánico letal en vez de a quien lo usó.