Читать книгу El tesoro oculto de los Austrias онлайн
133 страница из 139
Finalmente, Isabel decidió volver al tema de conversación donde lo habían dejado previamente.
– Aunque dices que no tienes traumas de la infancia, Joaquina me ha dicho que lo de tu abuelo te afectó bastante.
– Joaquina me conoce bien y además, tanto ella como Amalio, fueron testigos casi directos de lo que sucedió el día que mi abuelo sufrió el infarto. Si no me equivoco, ello fue a pocos metros de donde nos encontramos justo ahora.
– Perdona, no pretendía que revivieses escenas que seguramente son muy tristes para ti.
– No te preocupes, la verdad es que después de aquello lo que menos me apetecía era volver a este sitio a pescar, pero ya sabrás por Joaquina o por tu madre, que hace tan solo unos día estuve aquí pescando con mi padre.
– Y, ¿no te afectó?
– Pues no, disfrutamos de lo lindo con la pesca e incluso recordamos anécdotas del abuelo. Al final los malos recuerdos se diluyen con el paso del tiempo y sólo quedan en la memoria los buenos.
No obstante, Juan tuvo que reconocer que en muchas ocasiones extrañaba a su abuelo y le encantaría seguir disfrutando de su compañía.