Читать книгу Un mundo para Julius онлайн

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Julius, darling:

El médico me cuenta que estás muy bien. Dice que cada día comes mejor y que pronto estarás fuerte como un Tar­zán. Haz todo lo que él y Vilma te digan. Estudia bastante para que puedas entrar a preparatoria. La próxima vez vendrás tú también. Mami te lo promete. Tu tío Juan te manda muchos cariños. Está terminando de amarrarse la corbata. Muy buenmozo, darling. Así vas a ser tú de grande. Me está pidiendo que me apure. Mami todavía no está lista y ya es hora de irse. Mil besos.

LOVE

Firmó Susan con letra de colegio inglés y metió la carta en un so­bre de lujo. En seguida se puso de pie para avanzar hacia el es­pejo en que Juan Lucas se mira­ba perfeccionándose el nudo de la corbata. Minutos después aparecieron en el corredor donde San­tiaguito y Bob­by los esperaban. El ascensor los llevó suavemente a la planta baja; ahí estaban los amigotes de Juan Lucas, grandes saludos, ¿en qué restaurant cenamos? Un aperitivo primero en el bar y luego veremos. El del golf se conocía todos los lugares: los típicos, los típicos caros y los solamente caros. Y algunos toreros para que San­tiaguito lo admirara más que nunca, a partir de esa noche, ¡qué no sabía!, ¡a quién no conocía! Recién llegaban los aperitivos y ya estaba animadísimo, muerto de risa, chocho co­­mo nunca con Susan, como con ninguna y es que co­mo ella nin­guna y ¡olé!, ¿qué piensan?, ¿se nos casa Juan Lucas?, ¡hombre!, ya eso es más difícil: habían estado conjeturando los amigotes, y ahora, felices ahí en el bar, viendo llegar los aperitivos, mirando a Juan Lucas mirar a Susan, ¡hombrée!, un brindis por la pareja no vendría mal...

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