Читать книгу Un mundo para Julius онлайн

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Julius, darling:

Estamos apuradísimos porque nos esperan para pasear en yacht. Tu cartita es simplemente una joya. Todos la hemos leído. Tu tío Juan también. Bobby y Santiaguito adoran al tío Juan Lucas. Tú también lo vas a querer así, darling. Esto es muy importante para nosotros. Mil besos,

MAMI

Veinte minutos después, Susan, Juan Lucas, Santiaguito y Bo­bby navegaban en La Mouette, invitados por uno de los amigos que el del golf tenía por ese sector de la vida color de rosas. Navegaban mi­rando constantemente el cielo, porque al principio parecía que el tiempo no iba a mejorar. Hablaban en inglés para que los chicos en­tendieran. Pero después, cuando el sol apareció y las horas azules en el mar empezaron a transcurrir, y cuando la langosta con su dejo salado hizo que fueran cinco los sentidos que gozaban del mar, Juan Lucas bebió un sorbo del blanco seco, y arrosquetó como pu­do su boca castellana para alabar el vino, empezando así una larga charla en francés, con la mejor pronunciación.

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