Читать книгу Un mundo para Julius онлайн

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Y otras veces la narración se dirige directamente al lector. Hablando de los habitantes dorados del club de golf, la voz de la novela dice: «Si, por ejemplo, en ese momento, te hubieras asomado por el cerco que encerraba todo lo que cuento, habrías quedado convencido de que la vida no puede ser más feliz y más hermosa; además, habrías visto muy buenos jugadores de golf». Algunos estudiosos como Wolf­gang A. Luchting y Pedro Pérez Rivero han señalado que se da un juego versátil entre los espacios del autor y la narración, una voz de la narración que de pronto interviene en la novela, de pronto tiene las características de la sabiduría omnisciente o de pronto se identifica con el punto de vista de un personaje, con la memoria nublada de un personaje, llena de sentimientos apagados y sueños a media tinta, como el larguísimo párrafo monólogo interior en el que aparecen los recuerdos de Susan sin explicarse del todo. Una Susan que pudo ser distinta vive entre personajes que se van sin aclaración, pero que dejan su sombra en el argumento y sus nombres, y acaban mezclados en el sedimento del mundo que observa y siente Julius. Como ocurre con la memoria, el lector intuye que hay un sedimento oculto que desconoce, pero que tiene su valor imprescindible en el presente.

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