Читать книгу Un mundo para Julius онлайн

25 страница из 166

Otras veces la situación se desarrolla a través de las preguntas que Julius se hace en su timidez. Quiere hablar con Juan Lucas de un aumento de sueldo para los albañiles, y el lector se entera de las reacciones a través de lo que el niño va intuyendo, en un desplazamiento rápido por las personas del verbo, un mecanismo muy frecuente en la novela: «Miraba a Susan, pero se la dirigía a Juan Lucas; ¿se estaría enterando de que los obreros habían trabajado hoy como mulas?, ¿le estaría haciendo caso cuando decía que necesitaban un poco más de dinero?, ¿sabría que eran buenos y que lo habían hecho pasar una mañana inolvidable? ¿Escuchas, tío? ¿Por qué no me miras? ¿Por qué no dejas reposar un instante tu cuchara y me miras?». La novela tiene una enriquecedora capacidad de plegarse al punto de vista de los personajes, pasando en una misma frase por dos o tres cabezas, por dos o tres modos de decir o pensar el mundo. El desbordado ritmo de las frases, con sus cambios de punto de vista, vuelve casi innecesarios los diálogos, porque el propio sentido de la narración hace que los personajes se contesten unos a otros. A veces es la propia novela la que toma la palabra para dirigirse directamente a Julius: «los Estados Unidos quedaban mucho más lejos que eso, ¡uf!, muchísimo más, quedaban del aeropuerto, por el cielo oscuro, a ver piensa lo más lejos que puedes pensar, mucho mucho más que eso, lejísimos…».

Правообладателям