Читать книгу Experiencias en gestión de la innovación en salud онлайн

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Que la organización sanitaria en su conjunto, con sus responsables como referentes, interiorice la función de generación de soluciones de salud como algo propio es realmente un enorme reto. Esto es así en parte porque los ejemplos de éxito que pueden argumentar la relevancia de este hecho son escasos. Sabemos que a nivel global la proporción de ideas que consiguen convertirse en producto, es decir convertirse en nuestro caso en soluciones reales aplicadas en los pacientes, es muy pequeña. Por otra parte, este éxito se alcanza normalmente tras un largo camino, un camino que a menudo se separa mucho de la actividad primaria sistema sanitario. A esto hay que añadir que, en el sector público sanitario, mayoritario en nuestro país, a diferencia de las empresas, el objetivo no es obtener retornos económicos, un objetivo principal del desarrollo de productos en éstas, aunque sí lo es ser eficiente y sostenible argumentos que apalancan también la función de la innovación como propia.

En este contexto en el que la innovación por lo general no ha sido incorporada como una función del sistema sanitario, y en el que la ruta para llegar al éxito es larga y muy, muy selectiva, son pocos los que se aventuran a plantearse la innovación como camino. Así las cosas, una labor relevante de los gestores para incentivar a la innovación se basa en general en fomentar la curiosidad, el espíritu creativo, y apoyar la creación de tecnologías dirigidas a solucionar problemas y basadas en su expertise profesional e investigador, por parte de aquellos que tienen una especial inquietud natural por explorar nuevas soluciones y desarrollarlas. Identificar a éstos y acompañarlos adecuadamente es tarea clave para conseguir que su iniciativa no se malogre.

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