Читать книгу El trabajo a distancia: una perspectiva global онлайн

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De la misma manera, en lo que respecta a las horas extraordinarias, el principio de igualdad salarial, exige la obligación de su retribución en las mismas condiciones que les son reconocidas y abonadas a las personas que trabajan presencialmente. No cabe la menor duda, de que el tiempo de prestación de servicios en régimen de teletrabajo, que se añada sobre la jornada presencial, debe ser considerado tiempo de trabajo y adicionarse al tiempo presencial para calcular la jornada realizadassss1, a salvo de la prueba de su realización, con la obligación de registro de la jornada ordinaria de trabajo, impuesta también para las personas que trabajan a distancia (artículos 14 LTD y 34.9 ET).

Respecto de otros beneficios de los que se pueda disfrutar en los locales de la empresa, algunos resultarán claramente vinculados a la presencialidad, porque sólo se justifican por la necesidad de ir a trabajar al centro empresarial, pensemos en el aparcamiento de vehículos en el propio centro de trabajo de la empresa; otros como los vinculados al uso de guarderías, comedores, gimnasios o sesiones de alguna práctica deportiva, etc., que resultan igualmente vinculados al trabajo en el centro empresarial, pueden serlo sin perjuicio de la posibilidad de que las personas trabajadoras a distancia, tengan derecho a desplazarse a los locales de trabajo de la empresa para disfrutarlos. Cabría plantearse si las personas que trabajan a distancia, podrían percibir una compensación en metálico por la falta del acceso a esos beneficios, que comporta el trabajo a distancia, respuesta que podría ser positiva, si éstos en cuestión, forman parte de un plan de remuneración flexible, en cuyo caso el trabajador a distancia tendría el mismo derecho que los presenciales a participar en dicho planssss1.

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