Читать книгу Espiados. Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque онлайн

23 страница из 114

El último lunes de aquel enero el servicio meteorológico pronosticó un día inestable para los porteños y porteñas, con una máxima que superaría los 30°. Estaría húmedo y se preveía una posible ola de calor que nunca llegó. En cambio, en Dolores amaneció agradable con 22° que luego treparon a los insoportables 34°. La tranquilidad del pueblo irrumpió con la visita de un hombre de unos 70 años al Juzgado Federal de Primera Instancia.

El comienzo de la causa

A Pedro Etchebest Rodríguez le gusta manejar despacio, por lo que tardó un poco más de cuatro horas en llegar a Dolores desde Capital Federal. El empresario y chacarero que por los 90 compró unos campos en la provincia de Buenos Aires quiso poner punto final a las extorsiones de Marcelo Sebastián D’Alessio. Su amigo y representante legal, José Nigro, no había podido acompañarlo, así que los 300 kilómetros los transitó en soledad. Llevaba en sus espaldas una angustia que lo había consumido durante 30 días. ¿Qué iba a pasar? ¿Iba a ser el final? ¿Conseguiría paz? ¿Volvería a tener las riendas de su vida? No escuchó radio, prefirió el silencio que acompaña el andar de la ruta.

Правообладателям