Читать книгу Espiados. Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque онлайн

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CS: Dale18.

Además, a las 4:23 de la madrugada, envió el siguiente e-mail: “Estimado amigo, de mi viaje he traído información valiosa respecto a PDVSA en Argentina. La procesé y ya mañana tengo a un exdirector de la filial Argentina que logré que se quiebre y quiera aportar todos los detalles de los ilícitos de Chávez y Maduro en la Argentina. Mañana lo siento con Santoro y el lunes con Stornelli. Es un espaldarazo para Macri. Y haré que así sea. Quería que seas el primero que lo sepa. PD: Sí, ¡¡¡le voy a devolver a la mamá!!! Shhhhh”19.

A las 11:16 del mismo día hubo respuesta del correo por parte del destinatario. Se trataba del empresario Mario Montoto, quien alguna vez –entre muchos otros de sus quehaceres– asesoró al exgobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli en cuestiones de seguridad: “Bueno…Yo hoy a la noche regreso… Estoy también muy cansado…No paré un minuto… Abrazo y ¡¡¡Felicitaciones!!!”.

La seguridad mediática

Los últimos tres minutos del último día de enero, Marcelo Sebastián le escribió a su amigo personal y compañero de investigaciones: “Hola Dany! Mañana veo al uruguayo (Brusa Dovat) Además de estar en pánico, creo que puede aportar algo más! Sirve lo que tenés hasta ahora?”. “Sí, sale el domingo”, le respondió Santoro mientras terminaba de preparar las valijas. Estaba a horas de comenzar sus merecidas vacaciones.

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