Читать книгу Espiados. Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque онлайн
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MD: Con muchos más de los que te imagines. Yo le digo a Santoro que compró pescado podrido, se la tiene que comer. Porque yo estoy haciendo cinco investigaciones con Santoro. Entonces yo llevo a Santoro si quiero (…) Si yo lo llamo a Santoro, yo le puedo decir ‘esto es pescado podrido’. Y la corta. Y sé que la corta. Algo que no le gusta a un periodista que no es coimero, y Santoro no es coimero, es que le vendan mierda. (…) Es muy amigo del Juez, eh. Es muy amigo de Aguinsky. Es un ex Service Santoro.
GT: ¿Y cuál es el número Marcelo? Porque yo estoy mal, estoy fundido, boludo.
MD: Vos me das tu palabra de honor y para mí ya está Gaby. No te vas a escapar, Gaby.
GT: Sí, está bien. Decime cuánto es. Yo no te puedo dar una palabra de honor si no sé cuánto es.
MD: Yo creo que todo es seis... Seis gambas.
GT: ¡No!
MD: Boludo… Arreglamos un fiscal, los teléfonos… No me estoy quedando con cincuenta ni para mí. Dame tres ahora y seis por mes, el resto los pongo yo. Y el último mes es mi utilidad. Si vos me decís que sí, así tengas la plata en Buenos Aires, yo tengo algo en la caja de seguridad. Yo lo resuelvo. Lo resuelvo sabes en cuánto, en una hora y cuarto. (…) Me pasan un informe que hay dos vehículos dando vueltas en tu casa. Ya te lo digo, esperá, Gaby. Imaginate que si te estoy amenazando, no te voy a mandar que tengas cuidado con esto. Estás en pedo. (…) Hay un auto que es un Peugeot 207 compact. Patente KNQ-684. Ese auto está a nombre de la Metropolitana; gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Y el otro auto es un Gol rojo que también debe estar laburando para la Policía Federal que es NBJ-000… Le hice sacar la data a los dos tipos que tenés custodiándote la puerta11.