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Esto es muy interesante verlo, pues, para mí, el pertenecer al grupo de amigos siempre fue algo muy valioso que consideraba y amaba en lo profundo de mi ser, los respetaba profundamente, inclusive los amaba con todo mi corazón, pero al ver violentado mi espacio, el que estaba empezando a ser construido con tanto amor, rompí el mandato de respeto, como fue roto hacia mí y pasé por encima de lo que por años había sido la barrera que se construyó en el grupo al pertenecer a él, y me pregunto: ¿El límite de la dignidad grupal se encuentra en el límite de mi dignidad personal? ¿Es común que le demos prioridad a nuestra dignidad por encima de ser dignos de pertenecer a otro grupo? ¿Las emociones y sentimientos son tan fuertes que permiten valorarme y dignificarme primero a mí, por encima de los demás? Regresando a las frases que traje anteriormente por personajes conocidos en el mundo, aparece la apertura de nuevas posibilidades al tener algún tipo de exclusión y la fuerza que debemos tener para mantener nuestra creencia y valor en nuestra dignidad, interesante asociar esto a lo que sucede en un evento particular, así que, ¿existe un mandato universal de dignidad?, ¿está en nosotros que cuando se cierra una puerta, buscamos posibilidades que nos habiliten a habitar nuestra dignidad?, ¿cuál es el límite de la dignidad de cada uno de nosotros como observadores diferentes que somos?, ¿prevalecerá la misma esencia entre ser digno e indigno entre cada ser humano?, ¿por ser dignos al nacer, por traer esa dignidad propia, reaccionaremos igual para hacerla respetar?

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