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La pieza olía a orines. Responsabilizaron a Raimundo; le dijeron que a todos los niños le pasaba, que por la mañana la ventilarían. Celeste durmió en la habitación de su madre, pero ella no llegó a acompañarla esa noche.

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La muerte del empresario Leonidas Leyton Montenegro tuvo una amplia repercusión. Los principales canales cubrieron la noticia como un acontecimiento de interés nacional. El velorio se llevó a cabo en la capilla de San Bernardo de Monroy (conocida más bien como la capilla de piedra) dentro de la misma propiedad de los Leyton en donde se congregaron familiares, amigos y los miembros de la Junta Militar. El doctor de cabecera, John Szigethy, detalló a la prensa que el señor Leyton había fallecido a causa de una descompensación cardiaca durante la noche, esto después de sobrellevar por bastante tiempo la leucemia que le diagnosticaron en el 76.

María Gracia, resignada al desahucio, acordó con Szigethy sacarlo de la clínica y otorgarle sus últimos días de vida en la comodidad de la Casa Roja, y también hizo los arreglos para sepultarlo junto a los restos de su esposa, doña Catalina Callejas, en el Cementerio General de Santiago (doña Catalina había muerto un año antes a causa de un aneurisma cerebral en plena misa de Pentecostés. Se desvaneció un poco antes de comenzar la eucaristía a los pies de la primera dama).

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