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¿Hay en tu corazón alguna amargura, algún rencor, por el dolor que alguien te ha causado? Hoy es un buen día para perdonar. El perdón no solo nos acerca a Dios, también hace que seamos más semejantes a él. Más importante aún, si Dios ha perdonado el mal que nosotros hemos hecho, ¿por qué no perdonar a quienes nos han hecho mal?

Padre, que tu Espíritu more hoy en mí, de modo que yo pueda perdonar de la misma manera que tú me has perdonado. Solo así habrá unidad donde antes hubo separación; gozo, donde antes hubo sufrimiento y pesar.

21 de febrero

Lo que llama la atención del Señor

“Jesús se detuvo a observar y vio a los ricos que echaban sus ofrendas en las alcancías del Templo. También vio a una viuda pobre que echaba dos moneditas de cobre” (Lucas 21:1, 2, NVI).

El Señor Jesús probablemente se encontraba frente a la sección del Templo conocida como “atrio de las mujeres”, cuando una viuda pobre echó en una de las arcas para ofrendas dos moneditas “de muy poco valor” (Mar. 12:42). Por ser viuda y pobre, esta mujer ocupaba el estrato más bajo de la sociedad.

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