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25 de febrero

“Pagada completamente”

“Hermanos, quiero que sepan que les estamos anunciando el perdón de sus pecados por medio de Jesús” (Hechos 13:38, RVC).

Fue en su primera visita a Jerusalén, en ocasión de la Pascua, cuando Jesús dio evidencias de entender cuál era el propósito de su nacimiento en nuestro mundo.

Dice el relato bíblico que, una vez terminada la fiesta, José y María emprendieron el viaje de regreso a casa, sin darse cuenta de que Jesús se había quedado en Jerusalén. Después de tres días de angustiosa búsqueda, cuando finalmente lo encontraron, su madre le preguntó: “ ‘Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?’ [...]. Él les respondió: ‘¿Y por qué me buscaban? ¿Acaso no sabían que es necesario que me ocupe de los negocios de mi Padre’?” (Luc. 2:48, 49, RVC).

Con esta respuesta, Jesús por primera vez indicó que tenía una misión especial que cumplir. Y una vez que comprendió la naturaleza de esa misión, nunca la perdió de vista. Por ello pudo decir al principio de su ministerio: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra” (Juan 4:34). Y antes de expirar su último aliento, mientras pendía de la Cruz, exclamó: “Consumado es” (Juan 19:30).

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