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Dicho de otra manera: ¡Ya no estamos sujetos a servidumbre! ¡Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia!

Gracias, Jesucristo, por haber cancelado mi deuda de pecado. Hoy quiero hacer uso de la libertad que me has devuelto para aceptarte como mi Señor y Salvador.

26 de febrero

¿Cómo quieres que te recuerden?

“Nosotros no nos predicamos a nosotros mismos, sino que proclamamos a Jesucristo como Señor, y nos declaramos siervos de ustedes por amor a Jesús” (2 Corintios 4:5, RVC).

¿Qué te gustaría que se dijera de ti cuando ya no estés en este mundo? Esta pregunta pareciera no ser la ideal para comenzar el día; sin embargo, hay al menos dos buenas razones por las cuales vale la pena hacerla.

La primera razón la ilustra bien Peter Drucker, considerado por muchos el padre de la gerencia moderna. Cuenta él que cuando tenía unos trece años de edad su maestro de Religión una vez recorrió todo el salón de clases preguntando a cada alumno: “¿Cómo te gustaría que la gente te recordara?” Después de completar el recorrido, con una sonrisa en su rostro, el hombre dijo: “No esperaba que ustedes pudieran responder a mi pregunta, pero si cuando cumplan cincuenta años todavía no saben cómo responderla, habrán malgastado su vida” (The Daily Drucker, p. 176).

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