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¿Contarán la historia de una vida malgastada en la complacencia personal, o “gastada” en el servicio a Dios y al prójimo? Por sobre todo, ¿qué dirán del lugar que Cristo ocupó en nuestra vida?

Yo quiero que se me recuerde como un servidor de la humanidad por amor a Cristo. ¿Y tú?

Padre celestial, no quiero pasar por este mundo en vano. Ayúdame, por lo tanto, a cultivar en mi vida tus atributos de carácter, y a compartir con otros el maravilloso amor de mi Salvador.

27 de febrero

¿Un yugo fácil?

“Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mateo 11:29, 30).

¿A qué se refería el Señor cuando dijo que su yugo es fácil?

Cuando Jesús pronunció estas palabras, en la multitud se encontraban los escribas y fariseos, para quienes la religión era una ronda interminable de ceremonias. También estaban los publicanos y pecadores. Tanto a unos como a otros el Señor extendió una “extraña” invitación: “Llevad mi yugo sobre vosotros”.

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