Читать книгу Nuestro maravilloso Dios онлайн

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La noticia colocó a Kim frente a un verdadero dilema: ¿dejaría a su esposo millonario, o terminaría la relación ilícita con su amante? Kim decidió seguir con su esposo, pero sin dejar al amante. Sin embargo, ¿cómo lo haría? Decidió contratar a un asesino a sueldo. Solo le costaría 500 dólares.

Un día, mientras Kim discutía con su amante los detalles del plan, su hijo, de 21 años escuchó la conversación telefónica. Sin pérdida de tiempo, notificó a su padre, Steve, quien de inmediato contactó a la policía, y Kim terminó en la cárcel por intento de homicidio.

Entonces ocurrió lo inaudito: Steve retiró los cargos contra Kim. No solo eso; además, hizo cuanto pudo para reducir su sentencia, y al final terminó pagando la fianza que le dio la libertad. Cuenta Finley que el perdón de Steve no solo quebrantó el corazón de Kim, sino también le dio el valor que necesitaba para poner fin a su aventura y salvar su matrimonio (“Million Dollar Love”, Signs of the Times, noviembre de 1999, p. 20).

¿Cómo pudo Steve perdonar tanto? Solo hay una explicación: Steve le perdonó mucho porque la amaba mucho. Kim, por su parte, que hasta entonces había estado ciega, pudo conocer la magnitud del amor de su esposo: un amor que se puso en evidencia cuando ella menos lo merecía y más lo necesitaba. Fue así como el amor a su esposo revivió en su corazón, porque a quien mucho se le perdona, mucho ama.

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