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¿Quieres ser grande? Descubre cuál es tu lugar en la viña del Señor, y ocúpalo. Conoce cuál es tu misión, y cúmplela. Por sobre todo, cualquiera que sea la obra que realices, hazla fielmente y para la gloria de Dios, sin preocuparte por ser el número uno ante la vista de los demás. A fin de cuentas, ¿cuál es la razón de ser de nuestra vida: ser número uno o esforzarnos para que Cristo sea el número uno?

Haz de Cristo el centro y, al igual que el Bautista, serás llamado grande en el Reino de los cielos.

Padre celestial, ayúdame hoy y siempre a dar a Cristo el primer lugar, pues solo él es digno de honra y gloria. Además, destierra de mi corazón esa tendencia tan poderosa de querer ocupar siempre los primeros lugares, de esperar el aplauso y el reconocimiento de los demás. Al igual que Juan el Bautista, que mi mayor gozo sea cumplir mi obra de un modo tal que Cristo sea glorificado.

21 de enero

“El Salmo de Lutero”

“Estad quietos y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra” (Salmo 46:10).

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