Читать книгу Nuestro maravilloso Dios онлайн

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“El amor de Cristo se ha apoderado de nosotros desde que comprendimos que uno murió por todos y que, por consiguiente, todos han muerto” (2 Corintios 5:14, DHH).

Cuenta Ty Gibson que, en una ocasión, él se encontraba viajando con su esposa Sue cuando Will, su hijo adolescente, decidió usar sin permiso el automóvil nuevo de la familia. Will no tenía licencia para conducir, y el automóvil no tenía seguro contra accidentes. Al parecer, Will había recibido el llamado de una amiga para “salvar” a un perro del ataque de un puerco espín. Con la desdicha de que chocó contra un árbol. Pérdida total. Y sin seguro.

Ahora le tocaba a Gibson y a Sue decidir cómo manejar la situación. Su primera reacción fue que Will pagara los daños, pero entonces experimentaron lo que ellos llaman “el dilema del amor”: ¿Absorber los daños y “liberar” al cautivo, o exigir el pago? Decidieron tomar el camino del perdón.

Cuando llegaron a casa, Will confesó su culpa, y les prometió pagar la deuda, aunque para ello tuviera que dejar sus estudios. Entonces Gibson lo interrumpió.