Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

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“Nuestro encuentro con la Gran Nación no hubiera mejorado la situación. Veinticuatro horas más y yo hubiera sido un valiente marino, el capitán Wentworth, en un pequeño párrafo de una columna de los periódicos. Y, habiendo perdido la vida en el primer viaje, nadie me hubiera recordado.

Ana debía ocultar sus sentimientos, mientras las señoritas Musgrove podían ser tan sinceras como lo deseaban en sus exclamaciones de compasión y horror.

-Y entonces -dijo Mrs. Musgrove quedamente, como pensando en voz alta- fue cuando se dirigió al Laconia y se encontró con nuestro pobre muchacho. Carlos, querido mío -haciendo señas para que le prestara atención-, pregunta al capitán Wentworth cuándo se encontró con tu pobre hermano. Siempre lo olvido.

-Creo que fue en Gibraltar, madre. Dick fue dejado enfermo en Gibraltar con una recomendación de su anterior capitán para el capitán Wentworth.

-¡Oh! Di al capitán Wentworth que no debe temer mencionar a Dick delante de mí; por el contrario, para mí será un placer oír hablar de él a tan buen amigo.

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