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Terminó la obra con una escena de Navidad en la modesta casa campesina, con la madre, el hijo herido, la muchacha y el nietecito. Están contentos de estar juntos, pero su alegría es tranquila. De pronto irrumpen todos los vecinos con numerosos presentes y baja el telón en un momento de alegre exaltación al amor materno.

Después de la obra, plato fuerte de la jornada, se representó una pantomima titulada Las estatuas del profesor Owlsdark.

Ataviados como los dioses del Olimpo, pero con ligeras variantes de tipo humorístico, fueron presentados los «dioses» por el profesor Bhaer, que con fina ironía fue poniendo en evidencia alguno de sus defectos, ante la risa de los espectadores que veían retratadas a personas conocidas.

Teddy fue Mercurio; Bess, Diana cazadora; Nan, Minerva defendiendo los derechos de las mujeres; Apolo, con un parche en la frente, John, y así, sucesivamente, a todos los dioses se les encontró la debida réplica terrenal. La gente gozó tanto por los humorísticos disfraces como por las posturas estatuarias que adoptaban. Los jocosos comentarios del profesor aumentaron la diversión.

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