Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн
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Pero la espera se alargaría aún. Porque los salvados náufragos regresaban vía Hamburgo, donde pensaban asistir primero a la boda de Franz, retrasada como consecuencia del luto que había llevado por el resucitado Emil. Eso saldrían ganando todos, porque Franz y su esposa los acompañarían a América en su luna de miel.
Los otros ausentes vivían diversas visicitudes, que vamos a analizar antes de la llegada de Emil a Plumfield.
Nath seguía fielmente el camino trazado, muy distinto del de los primeros tiempos de su estancia en Alemania. No le importaba soportar privaciones. Quería seguir adelante, pese a todo, por respeto a quienes habían confiado en él y que estuvo a punto de defraudar.
Durante el día daba lecciones y por la noche tocaba el violín en un teatrucho de los arrabales. Se abstenía de cuanto no fuera indispensable, incluso en lo más crudo del invierno, y estudiaba todo cuanto podía.
El profesor Bergmann estaba muy contento de él y empezaba a distinguirle como alumno predilecto. Tanto es así que al llegar la primavera le propuso: