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Jo era asidua practicante de este último deporte, tanto que a uno de los campos de tenis le llamaban «el de Jo».
Una tarde dominical estaban aquellos lugares más concurridos que nunca. Por doquier había actividad.
Jossie y Bess competían, aunque era tanta la diferencia que ninguna opción tenía la «princesa» al triunfo. Eso la aburría y ponía de malhumor, aunque procurase contenerse por cuestión de buenos modales.
A propuesta de Bess, decidieron descansar un poco, aunque Jossie no lo deseaba. Por eso recibió tan alegremente a dos elegantísimos jóvenes que acababan de llegar.
Eran Dolly y «Relleno».
―¿Cuál de los dos quiere jugar conmigo?
«Relleno» sudó sólo de pensarlo. Dolly se ofreció.
―Encantado de hacerlo, Jossie.
―Yo acompañaré a la «Princesa» ―decidió «Relleno», sentándose cómodamente a la sombra.
También Dolly fue vencido por Jossie. Luego se sentaron los cuatro sobre el césped, aunque Dolly se levantó con presteza al ver que se había manchado ligeramente su inmaculado pantalón blanco.