Читать книгу La dama del perrito y otros cuentos онлайн

18 страница из 23

Veía cómo desaparecían devorados en un segundo el pescado ahumado, las sardinas y la sopa de verduras. Contemplaba a los primos arrancando las flores, derramando la tinta. Imaginaba a la tía hablando todo el día de sus enfermedades (su solitaria y su dolor de estómago) y de que al nacer ostentaba el título de baronesa Fintij... La mirada de Sascha estaba cargada de odio mientras contemplaba a su joven esposa y le murmuraba al oído:

—¡Cómo se han atrevido a venir a verte! ¿Por qué no se van al diablo?

—¡No! ¡Vinieron a verte a ti! —contestó ella, mientras le sostenía la mirada con una expresión de aborrecimiento y maldad.

—¡No son parientes míos, sino tuyos!... —dijo atragantándose; a continuación se volvió hacia los recién llegados y les dirigió la más amable de las sonrisas—. ¡Acompáñenos, por favor...!

La luna volvió a aparecer detrás de una nube. Era muy probable que estuviera sonriendo... ante la idea de no tener parientes...

Sascha volteó la cabeza para ocultar a los invitados un gesto desesperado y molesto; no obstante, consiguió exclamar, haciendo esfuerzos para que su voz sonara alegre y magnánima:

Правообладателям