Читать книгу Alfonso X. Esplendores y sombras del Rey Sabio онлайн

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Ya entonces se hablaba de su prodigalidad hacia el entorno más cercano. Pero también muchos nobles y reyes irían maliciando respecto de un futuro rey frívolo, cuya personalidad parecía caracterizarse por la pedantería, la ostentación, la vanidad.

El infante disfrutaba a pleno de la independencia de un heredero que en cualquier momento pasaría a ocupar el trono.

Aunque le faltaba algo que él consideraba importante para reafirmar su figura política: con diecinueve años, su padre ya debería haberlo casado o al menos haber concertado un matrimonio a futuro con una mujer de su mismo rango, cuando no de más alto linaje.

La candidata apareció en 1240 y provenía del otro gran reino peninsular: Aragón.

Se llamaba Violante, había nacido en 1236 y era hija del rey Jaime I el Conquistador.

Con ese matrimonio, el padre de Alfonso y el monarca aragonés anhelaban mantener la paz, amistad y cooperación entre ambos territorios que venían pendiendo de un hilo debido a potenciales conflictos limítrofes. ¿Otra de las movidas de la sagaz doña Berenguela? Aunque retirada de la vida pública, seguía aconsejando a su hijo desde las sombras. Y es probable que con este compromiso buscara mantener a raya a quien no convenía tener como enemigo.

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