Читать книгу Lágrima Dulce онлайн

35 страница из 85

Blanco.

Un sonido estridente de sirena le hizo entreabrir los ojos. Una máscara de plástico cubría su boca, nariz y parte de sus pómulos, mientras una mano azul apretaba de forma acompasada sobre su cabeza un balón de rugby transparente. Los párpados estaban hechos de plomo.

Blanco.

Cada dos segundos. Ese era el intervalo de tiempo que tardaba en meterse el siguiente bip en su cabeza. Sonaba vago, lejano, a varios kilómetros de allí. El interior de Melissa se acunaba en un vaivén azaroso que la transportaba de la agradable inconsciencia a la lucha por una nueva vida. De repente, algo estaba acercando los sucesivos pitidos a su oído. Como si un tren los trajera a toda velocidad en sus vagones. Ahora sonaban próximos, nítidos, hasta el punto de que le hicieron notar una pequeña opresión en el dedo índice de su mano derecha. Arrastró los párpados hasta conseguir entornarlos y ver que su dedo estaba pinzado por un pequeño aparato, del cual se extendía un cable conectado a la máquina que provocaba ese dichoso sonido. Bip. Seguía teniendo la máscara de plástico cubriéndole la nariz y la boca, pero esta vez no había ninguna mano azul. Fue entonces cuando se dio cuenta de que su nombre todavía no estaba en la lista de invitados del Diablo.

Правообладателям