Читать книгу Tú y yo онлайн

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Tras aquellos besos empecé a cuestionar seriamente mi sexualidad y confirmé que no solo me atraían las mujeres, sino que podía disfrutar con ellas. Pero ¿qué me pasaba? ¿Quién me gustaba realmente? ¿Cuál era mi condición sexual? A mí me encantaban los chicos en general y alguno de manera particular. Fueron terriblemente desastrosos los primeros besos que nos dimos Álvaro y yo, pero no porque fuera chico, sino por nuestra falta de experiencia. No sabíamos qué hacer ni con las lenguas, ni con los labios. Nos volvimos expertos en los tres años de práctica que estuvimos juntos, ya que lo que hacíamos en nuestros momentos íntimos era besarnos y poco más. Y sí, había vivido y sentido besos preciosos, muy parecidos a los que acaba de darme con Susana. Un mar de dudas inundaba mi cabeza. Me aterraba pensar si finalmente averiguaba que me gustaban las mujeres y decidiera vivir con alguna, ¿cómo afrontaría el hecho de que era creyente? La iglesia me excomulgaría. Y cuando al final se enterara mi familia, tan tradicional, ¿cómo lo asimilaría? Me tenían como la sobrina, prima, hija, nieta… modelo. Y cuando se lo contara a mis amigos, ¿seguirían siendo mis amigos o, por el contrario, se mofarían, me rechazarían y me repudiarían como amiga? Y respecto a mis valores y creencias, ¿cómo podía cambiar el hecho de querer casarme y formar una familia?

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