Читать книгу Por encima del mundo онлайн
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Él no había sacado casi nada de sus maletas; la señora Slade estuvo lista en un momento. Abrió la puerta. Lentamente, casi sin hacer ruido, fue sacando los bultos uno por uno. Luego, desde la puerta, recorrió rápidamente el cuarto con la linterna, y dijo adiós en voz baja a la señora Rainmantle cuando haz de la luz la tocó. La luz siguió por la pared, tocó el espejo y los ganchos de ropa.
Cerró la puerta y se quedó completamente inmóvil, esperando oír algún sonido en el cuarto; quería estar segura de lo que había visto. La señora Rainmantle estaba acostada todavía en su incómoda postura en la orilla de la cama que daba a la pared, y una de sus enormes piernas colgaba por un lado. En aquel instante de débil luz, a través del velo mosquitero, no podía estar segura, pero creyó ver que la señora Rainmantle tenía abiertos los ojos. Reaccionó cerrando la puerta aún más rápidamente. Y ahora escuchaba. Si estaba despierta, sin duda la señora Rainmantle se levantaría y abriría la puerta en ese momento.