Читать книгу Por encima del mundo онлайн
40 страница из 51
La señora Slade había pasada una noche larga y erizada de pesadillas. Tendida sobre las sábanas, sudando bajo la mosquitera, había odiado la habitación, había odiado, incluso, la idea de la señora Rainmantle acostada con toda su gordura en la otra cama. Con la llama ácida del whisky que todavía temblaba en su estómago, se había forzado a sí misma a respirar lentamente, regularmente, pero la posibilidad de ser paralizada por su propia pesadilla nunca estuvo muy lejos. ¿Cuántas veces se había visto obligada a darse vuelta en la cama para dispersar la tormenta de sueños que se estaba formando? Al principio, en los instantes en que estuvo despierta, escuchaba atentamente para discernir, de este lado del chirrido metálico de los insectos, el sonido más cercano y suave de los ronquidos de la señora Rainmantle. En algunas ocasiones, consciente de que la ventana estaba abierta, tuvo la certeza de que había una tercera persona en el cuarto. Fijaba con la mirada un punto en la oscuridad, con los ojos muy abiertos, y, absolutamente inmóvil, trataba de respirar como alguien que duerme. Una vez, sintió que un insecto muy grande, o una lagartija, había caído en mosquitera, directamente sobre su cabeza; se quedó ahí prendido, moviendo suavemente la tela de vez en cuando. Después no hubo más que la ambigua y monstruosa oscuridad que chasqueaba y pulsaba desde su negra garganta de insecto.