Читать книгу Doble crimen en Finisterre онлайн

69 страница из 77

—Sí, señor.

El cabo José Souto le pidió a Jesús Canido que le hablara de sí mismo, dónde vivía, en qué y dónde trabajaba y cómo había conocido a Rosalía Besteiro. Canido se relajó y contestó puntualmente a las preguntas del cabo sin escatimar detalles sobre su vida, su familia, sus estudios y su trabajo como decorador. Después le explicó que Rosalía lo había contratado hacía dos años para renovar la decoración del chalé de su madre y que, poco a poco, se había establecido entre ambos una relación amistosa que se convirtió posteriormente en una relación sentimental. El cabo le preguntó si el marido de Rosalía estaba al corriente de la relación. Canido se mostró algo desconcertado ante la insistencia del cabo por obtener una respuesta precisa y acabó por confesar que sospechaba que algo debía de saber o de suponer, pero que no parecía importarle. El matrimonio, en apariencia normal, hacía tiempo que se había descompuesto. Rosalía y su marido, explicó, no se llevaban mal, pero cada uno vivía su vida y el marido no se metía en la de su mujer porque ella era la dueña de la mayoría de los negocios y, aparte de eso, tenía mucho carácter y no se dejaba dominar. Ella sabía de sobra que su marido daba fiestas solo para sus amigotes en su finca de San Pedro de Nos y que allí se corrían juergas sonadas con las chicas de los bares de alterne.

Правообладателям