Читать книгу El tesoro oculto de los Austrias онлайн
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– ¿Que os ocurre Majestad? – preguntó el prior con cierto aire de preocupación- ¿Acaso necesitáis confesión?
– Algo parecido, ya que en realidad he pecado de soberbio al pensar que podría dominar el mundo entero. Y ello, ha provocado que el castigo divino haya caído sobre la que consideraba mi Armada Invencible.
– No debéis atormentaros por ello. Los designios del Señor son inescrutables y no sabemos a ciencia cierta porque ha sucedido esa tragedia. Quizás simplemente quiera hacernos ver que, por grandes y poderosos que sean los hombres, somos muy pequeños frente a su poder.
– Tenéis razón – dijo el rey haciendo ver que ya había superado el tormento -. Os he llamado porque quiero que seáis testigo del agradecimiento que tengo a Nuestro Señor, ya que también es grande su misericordia, pues de otra forma no habrían regresado a puerto más de la mitad de los navíos.
A continuación y estando a solas, realizaron juntos una plegaria en la que el soberano agradecía al Ser Supremo el regreso de los supervivientes.