Читать книгу El tesoro oculto de los Austrias онлайн

71 страница из 139

– Entonces el monstruo que ha emitido ese sonido terrorífico, no es otro que el mismísimo Lucifer – interrumpió uno de los frailes más jóvenes.

– No debéis alteraros – continuó el prior -. El día que nuestro anterior prior y el entonces secretario del rey, don Pedro de Hoyo, se acercaron a los pies del monte Abantos para confirmar el lugar, fueron recibidos por un viento huracanado, que no les dejaba llegar al sitio lanzando contra sus rostros las bardas de la pared de una viñuela. Aun estando convencidos de que se trataba del soplo de Lucifer, sobrevivieron al mismo. No obstante y para mayor seguridad, la recomendación al monarca fe construir cuanto antes este monasterio, para sellar para siempre una de las siete puertas del infierno.

A continuación, el prior entregó a los frailes las cédulas reales que les permitirían conseguir la ayuda necesaria para el cumplimiento de la misión. Tal y como les explicó, consistía en recaudar el tesoro en Cartagena de Indias y reunirse en la bahía de la Habana con la flota procedente de México. De este modo podrían contar en el viaje de vuelta con una amplia superioridad numérica, frente a los ataques piratas que de seguro sufrirían.


Правообладателям