Читать книгу El tesoro oculto de los Austrias онлайн
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Después debían proseguir viaje hasta la altura de las islas azores donde las dos flotas se separarían, dirigiéndose la de México hacia Cádiz siguiendo su ruta habitual. Los barcos procedentes de Cartagena, con los jerónimos a bordo, recalarían en distintos puertos del Cantábrico. Una vez en tierra y con la carga repartida en partes más pequeñas, para evitar los posibles riesgos tanto del asalto de ladrones como de la avidez de los recaudadores, deberían dirigirse hacia El Escorial para la ocultación definitiva del tesoro.
El 20 de enero de 1589 once frailes jerónimos salieron del El Escorial con dirección al norte de la costa española, lo que constituía el inicio de la misión real que tenían encomendada.
Tras un mes transitando caminos y atravesando diversos pueblos de Castilla, donde aprovecharon para reclutar hombres dispuestos a hacer el gran viaje a las Indias, llegaron al puerto de Santander. Con un ligero bamboleo provocado por el tenue oleaje que ingresaba por la bocana del puerto, se hallaban amarrados los navíos supervivientes de la Gran Armada. Fray Pedro de la Serna encabezaba el grupo formado por los once frailes más 162 hombres y varios carros tirados por parejas de bueyes, cuyo contenido oculto por lonas debía ser pesado en exceso a la vista del esfuerzo que los mansos hacían en el tiro.