Читать книгу El tesoro oculto de los Austrias онлайн
74 страница из 139
– No debéis preocuparos por ello, ya que conmigo y mis hermanos vienen 162 hombres dispuestos a hacer la travesía, donde tendrán tiempo de aprender los oficios de artillería y marinería. El resto de hombres que sean necesarios nos los proporcionará el alcalde de esta ciudad a través de la correspondiente recluta – dijo con total aplomo.
Continuó explicando fray Pedro de la Serna, que en tierra permanecerían seis de sus hermanos jerónimos y los arrieros que conducían los carros que esperaban a la entrada del puerto. El comandante preguntó intrigado por el contenido de los carros, a lo que el jerónimo respondió que estaban cargados con adoquines de piedra que transportarían a las Indias.
– Pero fray Pedro, ¿no hay suficiente piedra en las Indias para que tengamos que llevar semejante sobrecarga en tan larga y peligrosa travesía?
– Comandante, con estos adoquines llenaremos las bodegas de vuestros galeones para ponerlos a prueba, ya que no podemos arriesgarnos a que aun tengan secuelas de su última misión, y si han de hundirse, es preferible que se vayan al fondo del mar cargados de piedra que de oro.