Читать книгу Cuarenta años y un día. Antes y después del 20-N онлайн
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Pero no se ha incidido con la fuerza necesaria, en mi opinión, en un factor fundamental que contribuye a explicar también por qué Franco «murió en la cama», y que no es otro sino ese «en la cama», lugar donde mueren los dictadores que no quieren irse o que no son forzados a ello por circunstancias extraordinarias. Veamos, si no, algunos ejemplos. Todas las dictaduras fascistas, fascistizadas y en general antiliberales de Europa fueron barridas por la derrota de los fascismos en 1945, porque así lo quisieron los vencedores. Hubo dos excepciones, en Portugal y España, también porque así lo quisieron los vencedores. La dictadura griega, la de «los coroneles», cayó tras una absurda locura de política exterior, como lo hará, tras la guerra de las Malvinas, la dictadura argentina. La dictadura portuguesa cayó por un movimiento militar y el Chile de Pinochet a raíz de que el dictador aceptase someterse a un mecanismo de consulta popular. El sistema soviético, en su conjunto, se disolvió, implosionó, a partir de la aceptación de los procesos que conducirán a su desaparición, y desde la renuncia, además, por parte del poder a la utilización de la violencia.ssss1 Hay más ejemplos y situaciones, sin duda más complejas, pero si algo está meridianamente claro es que a diferencia de cuanto acabamos de comentar, Franco nunca quiso irse, mantuvo siempre el control del Ejército, estuvo dispuesto en todo momento a utilizar todos los mecanismos represivos –de forma creciente en los últimos años– y nunca nadie le presionó para que se fuera (la comparación en este último aspecto con lo sucedido recientemente respecto a las «primaveras árabes», Libia o Siria, es tan sangrante como clarificadora).ssss1