Читать книгу Cuarenta años y un día. Antes y después del 20-N онлайн

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Ahora bien, hay que constatar de nuevo que esa sociedad extraordinariamente movilizada en los primeros meses de 1976 no lo fue hasta el punto de forzar la caída del aparato franquista o un cambio radical. Es en este terreno donde entran de lleno todas las especulaciones acerca de la incapacidad o falta de voluntad de la oposición antifranquista, del PCE especialmente, para lanzar algo así como una ofensiva definitiva. ¿Era esto posible? Lógicamente, también en este terreno caben, a voluntad, todas las interpretaciones y opiniones. Pero si entramos en el terreno de lo verificable habrá que convenir que las grandes movilizaciones habían estado muy ligadas a la negociación colectiva y, aunque crecientemente politizadas, estaban bastante lejos de protagonizar una dinámica «revolucionaria». Ni siquiera se entró en esa dinámica en las zonas más movilizadas, y experiencias posteriores demuestran que la perspectiva de una huelga general abierta y directamente política estaba bastante lejana incluso para los sectores populares más movilizados. Lo sorprendente de todo esto es que a día de hoy, cuarenta años después, sigamos careciendo de los pertinentes trabajos de investigación acerca de las actitudes sociales específicas en aquellos momentos concretos. Y es esta carencia la que permite que sigamos moviéndonos a placer en el terreno de los juicios de valor.

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