Читать книгу Cuarenta años y un día. Antes y después del 20-N онлайн

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No fue lo que pasó y Franco falleció como jefe del Estado treinta años después. Sobre la duración de su régimen los historiadores siguen investigando y buscando respuestas, coincidiendo con respecto a los motivos principales. La división del mundo en dos bloques a raíz de la Guerra Fría y la capacidad de la dictadura española de presentarse como baluarte y centinela de Occidente contra el comunismo fueron sin lugar a dudas la causa principal. La tremenda represión en el plano interno, que impidió a la oposición organizarse y levantar la cabeza hasta el tardofranquismo, fue la segunda. El apoyo de la Iglesia católica, por lo menos hasta el Concilio Vaticano II, al régimen clerical de Franco, que algunos ambientes de la Curia romana apuntaron como magnífico modelo de estado católico, fue el tercero. A las causas anteriormente dichas hay que sumar la camaleónica capacidad del dictador de amoldarse al variar del contexto internacional y de dosificar la presencia en sus ejecutivos de las diferentes familias y culturas políticas que le apoyaban. Emblemáticos, desde este punto de vista, fueron la progresiva marginación de la componente falangista, sin cortar nunca con ella; la utilización de un personal procedente del catolicismo político, conservador antes y tecnocrático vinculado al Opus Dei después, y la capacidad de guardar hasta 1969 la fidelidad de ambas ramas dinásticas, por lo que se refiere a la familia monárquica, a pesar de un reino (proclamado en 1947) que existía tan solo sobre el papel. Le facilitó la tarea una impresionante campaña de propaganda que a lo largo de los años construyó sobre su figura mitos diferentes, como ha apuntado Antonio Cazorla: el mito del héroe militar (por su actuación en la guerra de Marruecos), el del salvador de la patria (a raíz de su triunfo en la Guerra Civil), el del hombre de paz (por no haber ingresado en el segundo conflicto mundial), el del gobernante prudente (por haber liderado la difícil reconstrucción del país y garantizado un largo periodo de paz) y, finalmente, el del modernizador (en virtud del boom económico de los años sesenta). Mitos a los cuales hay que añadir el póstumo de un Franco artífice de la democratización de España (por haber elegido como sucesor a Juan Carlos).ssss1

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