Читать книгу Si te sientes identificada, huye онлайн
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—¡Pero mamá! ¿Tú sabes que hay más probabilidades de tener sexo pasando un día entero en su casa que yendo solamente a dormir? ¡Por la noche la gente duerme, mamá! ¡LA GENTE DUERME!
—Mía, no empieces. Te he dicho que no.
Me fui a mi habitación llorando por el camino. Era mi oportunidad de arreglar las cosas con Ricardo y no pensaba perderla, así que, me dejaran o no, yo me quedaría a dormir.
Mis padres me han dicho que sí. Ya te contaré. Te espero mañana a las 19 h en la estación de tren. Te quiero…
Al momento me llegó su respuesta:
Genial, allí estaré. Te quiero…
¡Bien! Leer eso fue una bocanada de aire, pude respirar al darme tregua la presión que hasta entonces se había instalado en mi pecho. Seguía queriéndome. Ahora tenía que preparar la maleta sin que se enteraran mis padres, porque había cosas imprescindibles: cepillo de dientes, compresas (porque, qué raro, tenía que venirme la regla) y recambio de ropa interior. Así que me dispuse a reunirlo todo y meterlo apretujado dentro del bolso que me llevaría. Cuando lo tuve todo, escondí el bolso dentro del armario hasta el día siguiente, no fuera que a mi madre le diera por hurgar en él y descubriera todo el pastel. Así que me fui a dormir sin cenar, no quise ni salir, pues estaba muy enfadada con el mundo.