Читать книгу Derecho de gracia y constitución. El indulto en el estado de derecho онлайн
38 страница из 142
La gracia no es una contraprestación a las obras, y no se puede ganar. En su Carta a los Efesios, 2, 8-9, SAN PABLO dice:
“Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; 2:9 no por obras, para que nadie se gloríe”.
La gracia no responde al merecimiento del que resulta beneficiado por ella, sino al trato misericordioso sin referencia alguna a los méritos de éste:
“La gracia es amor infinito que se expresa por medio de bondad infinita”ssss1.
En la teología cristina –raíz de la teología política como explicación de la ciencia política y jurídica, según SCHMITTssss1, la gracia no es expresión de justicia, sino de poder. Con la gracia se excluye la idea de justicia, que se sustituye por la magnanimidad, por la misericordia del poderoso –bien el “todopoderoso” como divinidad, bien como detentador terrenal del poder– respecto al necesitado del beneficio. Es dar algo sin merecimiento, sin referencia a lo justo o lo injusto de tal entrega o beneficio.