Читать книгу Violencia de género: retos pendientes y nuevos desafíos онлайн

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Esta fijación por el control jurídico de sus vientres, incluida la invasión de sus cuerpos durante el embarazo y el parto, radicaba, principalmente, en la desconfianza que la sociedad hacía recaer sobre las mujeres en general, y en particular, a aquellas que portaban algo valioso. Así pues, esta terminología “curator”, encuentra su sentido dentro del marco de los curadores que, junto con los tutores, eran los encargados de hacer frente a las situaciones de discapacidad en alguna de sus formas, siendo una de las limitaciones a la capacidad de obrar –que no jurídica– del sujeto, la relativa a su sexossss1. No obstante, esta concepción generalizada, también era blanco de críticas para determinados autores y juristas. Así, Musonio Rufo se oponía claramente a esta supuesta jerarquía por entender que la biología no puede condicionar o transformarse en ideología, y que las mujeres podían ser virtuosas en igual medida a los hombresssss1. Sin embargo, la responsabilidad de este cargo seguiría recayendo en los hombres, por ser considerado un oficio “viril”; así, encontramos recogido en el Código de Justiniano cómo esta idea, pese a la existencia de periodos de flexibilización, habría perpetuado en el tiempo: “administrar la tutela es cargo viril y tal oficio es superior al oficio de la debilidad femenina”ssss1.

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